Son las conclusiones del congreso científico “Factores de riesgo no tradicionales para la Obesidad”, en el campus central de los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) de EEUU (24 septiembre 2009).
Estrés: más allá del snacking
Infectobesity
Primero descubrió que este virus de origen aviar estaba presente en pollos más gordos de lo normal, luego que si lo inoculaba a ratones y monos les aumentaba la grasa corporal, y por último, que el AD-36 está presente en el 30% de personas obesas, y sólo el 5% de los no obesos.
No se atrevió a asegurar que la causalidad estuviera del todo demostrada, pero todo hace pensar que este adenovirus relativamente inocuo juega un cierto papel en el aumento de peso. En cultivos celulares se ha visto que los adipocitos infectados se dividen más y acumulan una cantidad de grasa mucho mayor.
Obesogen en el desarrollo embrionario
Esto está más que demostrado según Jerry Heindel del National Institute of Environmental Health Sciences. Hay la hipótesis (y recalcó la palabra hipótesis) que otras sustancias químicas denominadas obesogenes podrían regular la expresión génica durante el desarrollo embrionario, y dejar marcas epigenéticas que condicionen a un mayor peso corporal de adultos.
El diethylstilbestrol (DES) es un estrógeno que durante 30 años se dio a unos 10 millones de embarazadas estadounidenses hasta descubrir que aumentaba la probabilidad de cáncer vaginal en sus hijas. Algunos investigadores observaron que también parecían sufrir más obesidad. No se ha podido comprobar en humanos, pero en ratas el efecto es clarísimo: si le das DES a la rata madre, la rata hija será obesa. No porque coma más ni haga menos ejercicio, sino porque cambia su expresión génica.
“Obesogen” es un término establecido por un científico que estudiaba los efectos en el metabolismo de animales marinos del tributyltin, un funguicida utilizado en instalaciones marinas y recubrimiento de barcos. Vio que incrementaba el número de adipositos, y cuando hizo pruebas con animales comprobó que causaba obesidad.
Los investigadores tienen sospechas sobre una larga lista de compuestos químicos.
El tipo de bacterias en tu intestino
La obesidad depende de la cantidad de calorías que ingieras, de las que gastes haciendo ejercicio, y de las características físicas que hayas heredado de tus padres. Pero hay evidencias que sugieren hacer caso al lema del congreso (“exploring roads less travelled”) y explorar carreteras menos conocidas.
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