El ganador del Planeta americano ha declarado tras recibir el galardón que no trata de resucitar fantasmas del pasado sino que es «una ficción inspirada en hechos reales y narrada con fantasía». Tienen un protagonismo especial los que contribuyeron a la llegada pacífica de la democrácia en Chile «que costó muchas vidas», por ello el arcoíris del título se refiere al símbolo bajo el que se agruparon las distintas fuerzas a favor del no a la continuación de Pinochet en el poder durante el plebiscito de 1988, y que según Skármeta fue «la bandera de una coalición histórica que tuvo como objetivo derrocar al dictador».
«Es una novela hecha de dichas y de quebrantos. Quebrantos porque se refiere a momentos muy duros de la represión que hubo en mi pueblo, y dichas porque Chile halló el camino pacífico y alegre para superarlo. Por ello puede provocar dos tipos de emociones: sonrisas y puede que a veces al lector se le oprima el corazón».
En Los días del arcoíris «los pingüinos» «los jóvenes que con su inexperiencia y cierta ingenuidad» están representados por Nico, (debe su nombre a la Ética de Nicómato de Aristóteles), un joven narrador que «interpreta los hechos con su propio lenguaje y perspectiva», «que vivía en una democracia acomodaticia plácida y algo dormida, se inquietara» y reaccionara.
Skármeta reconoce que se trata de una novela política pero con «épica pacífica» y aspira que sea leída por «jóvenes y maestros». Según el jurado, tiene la luminosidad del resto de sus libros.
Fuente: El Periódico - i cult
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