Parece ser que algunos escritores no sólo les contaban el argumento de su novela, con pelos y señales, sino que, con una total falta de pudor, les llamaban la atención sobre lo sorprendente , lo interesante de tal o cual capítulo y la maestría con que había sido escrito.
Anécdota:
"La fuente" un escritor de cierto prestigio cuenta que estuvo tentado de soltarles el argumento de una inexistente e improvisada novela y, cuando llevase un cuarto de hora contándoles sus peripecias, cortar en seco el relato y pedir disculpas «Lo siento, pero me he confundido: esa novela no es mía, es de otro».
El "famoso" almuerzo "encubierto" tenía por objeto un acto de generosidad de los editores (y los autores) hacia los libreros para paliar las escasas perspectivas de ventas por:
- crisis económica,
- el Día del Libro coincide con Sábado Santo,
- la gente se va de vacaciones a otras ciudades,
- previsión de lluvias para la jornada...
Siendo francos los libreros no se leen todo ese montón de libros (muchos sin interés ni utilidad) que se publican para un número reducido de lectores, y que en su mayoría los distribuyen pocos días antes o el día anterior a Sant Jordi.
*** ¿Adivinan quiénes eran los escritores más interesados en "explicar su libro" a los libreros?
Supuestamente, esos escritores popularísimos o no tanto que salen en TV y radio...
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