Cada lector de género tiene sus propias características que lo diferencian de la multitud, aunque no es inmune a escapar de las generalidades en el que esté encorsetado el sector literario del cual es fiel seguidor.
El caso más paradigmático y simple es la lectora de género romántico. Lo trato en femenino porque el mercado tiene un producto muy específico dedicado a mujeres con una serie de necesidades con puntos definidos.
Si se puede considerar escritor aquel que tenga un solo lector, por analogía ser lector basta con leer un libro. Los ebooks proporcionan un panorama nuevo que permite analizar más al consumidor de cada género. Sabemos desde hace una semana -gracias al efecto de las sombras de Grey- que en España el 84% de lectores de ficción son mujeres y que de ellas alrededor de un 4-5% leen libros de género romántico. El resto va a parar a novela negra, novedades editoriales, libros de temática histórica, divulgación, autoayuda, ciencia ficción...
Según Jorge Herralde el mercado del libro electrónico ronda el 1% del total en facturación lo que deja mucho margen para la piratería y los portales dedicados a ello de forma eficaz.
Si alguien busca el ejemplo perfecto de libro digital pirata basta pasarse por Team Alexandriz especializados en ciencia ficción, novela negra, chick lit, paranormal, crítica, novedades...Allí encontrará lo inimaginable en calidad digital superior a la que lanzan las propias editoriales.
Y es que las diferencias entre lectores de género son abismales cuando en el fondo cada cual va destinado a un sexo distinto con todo lo que eso conlleva.
Las editoriales tienen como carga menor tratar con la que se autodenomina "lectora romántica" que esencialmente es fácil de satisfacer por el arquetipo que refleja para el mercado pues se nutre del "Fenómeno Fan". Las técnicas de venta para atraerlas se basan en acrecentar su radicalidad fanática, que tienen como rasgo principal dentro del grupo, de forma que se modere su capacidad de elección o diferenciación del bien.
Es una fórmula de fidelizarlas hacia el género, hacia sus enigmáticas y desconocidas autoras sin importar la calidad técnica literaria o argumental de aquello que lean.
La lectora romántica tiene un nivel bajo en los conocimientos digitales e informáticos. Esto queda al descubierto -entre otras cosas- cuando los sites especializados de otros géneros construyen una red propia y ebooks piratas sin errores de diseño.
Un problema del perfil general que nutre al género romántico es que consumen libros fáciles, llenos de tópicos y cánones propios que se leen con mucha rapidez sin necesidad de análisis; en esencia las tipologías se copian de unas a otras. De ahí que los estudios de mercado las marquen como consumidores con baja capacidad de análisis y con un nivel adquisitivo medio aceptable que permite el consumo moderado de este tipo de libros.
La adicción por la novela rosa hace que no sea extraño encontrar lectoras que afirman leer una media de cinco libros semanales con todo el coste que ello significa. Con la llegada de los lectores de libro electrónico, se ha multiplicado la búsqueda de este tipo de ebooks aunque todavía no han sabido organizarse para crearlos de calidad.
Estas consumidores suelen avergonzarse de las portadas de los libros de género que compran por considerarlos horteras -o inadecuados- olvidando que es un producto dirigido a un perfil lleno de clichés y que necesitan llamar la atención, destacar entre la maraña que ocupa un escaparate.
En definitiva, gracias a su bajo perfil en la nube son las perfectas consumidoras de webs, foros, grupos en las redes sociales que plagados de publicidad directa contratada a Amazon, Casa del Libro... o variantes de pago por clics...son un negocio rentable para los que se aprovechan.
Sin comentarios
Los comentarios nuevos no están permitidos.