Elegir un profesional adecuado según las necesidades de ese momento no es sencillo. He aquí algunas consideraciones para elegir al adecuado:
1. Si se asiste a la sanidad pública uno ha de conformarse con lo que se le ofrece. En ocasiones, existen programas públicos gratuitos que pueden orientar y permitirnos elegir el profesional adecuado. No hay que olvidar que en la pública para obtener asistencia hay que tener una derivación de un médico.
2. Buscar una recomendación.
Lo ideal es buscar o tener alguna recomendación o referencia. En ocasiones tenemos algún conocido, familiar, amigo... que puede ayudarnos si conoce all profesional. Por otro lado, existen asociaciones y colegios que nos pueden informar y asesorarnos para decidir la mejor opción.
3. Preferencia de sexo.
Plantear si te sentirías más cómodo con un hombre o mujer ya que es muy probable que se acabe hablando de cosas personales. En definitiva,es una persona en la que depositas confianza, tus problemas, temores, miedos y conflictos.
4. Teoría psicológica que utiliza.
Generalmente no, pero en ocasiones es probable que quieras ser tratado por una corriente concreta de la teoría psicológica. De ahí que se busque el profesional adecuado que la practique.
Existen muchas teorías psicológicas y variadas. Las más habituales son:
A. Psicoanálisis.
Es el más conocido y difundido con sus respectivas variantes. Trata de abordar la problemática de la persona, inmersa en un continuo temporal, integrando lo acontecido a lo largo de toda la vida. De esta manera, se puede comprender el presente y el porqué del funcionamiento actual, de modo que pueda ser modificado.
Es un tratamiento que toca aspectos profundos de la psicología del individuo, por lo que la duración de las sesiones puede superar más de un año.
B. Cognitivo-conductual.
Aborda al sujeto en tanto ser actuante. Se dirige sobre todo a la modificación de las conductas y los pensamientos para que uno mismo los pueda manejar mucho mejor y lograr un mejor funcionamiento en la vida cotidiana.
Es una corriente que se utiliza mucho en el tratamiento primario de fobias y otros trastornos de ansiedad, como por ejemplo los ataques de pánico, ya que ayuda en primera instancia a aplacar los síntomas y redirigir las conductas. En una segunda instancia, se puede recurrir al psicoanálisis para poder entender las causas del trastorno y evitar que puedan volver.
1. Si se asiste a la sanidad pública uno ha de conformarse con lo que se le ofrece. En ocasiones, existen programas públicos gratuitos que pueden orientar y permitirnos elegir el profesional adecuado. No hay que olvidar que en la pública para obtener asistencia hay que tener una derivación de un médico.
2. Buscar una recomendación.
Lo ideal es buscar o tener alguna recomendación o referencia. En ocasiones tenemos algún conocido, familiar, amigo... que puede ayudarnos si conoce all profesional. Por otro lado, existen asociaciones y colegios que nos pueden informar y asesorarnos para decidir la mejor opción.
3. Preferencia de sexo.
Plantear si te sentirías más cómodo con un hombre o mujer ya que es muy probable que se acabe hablando de cosas personales. En definitiva,es una persona en la que depositas confianza, tus problemas, temores, miedos y conflictos.
4. Teoría psicológica que utiliza.
Generalmente no, pero en ocasiones es probable que quieras ser tratado por una corriente concreta de la teoría psicológica. De ahí que se busque el profesional adecuado que la practique.
Existen muchas teorías psicológicas y variadas. Las más habituales son:
A. Psicoanálisis.
Es el más conocido y difundido con sus respectivas variantes. Trata de abordar la problemática de la persona, inmersa en un continuo temporal, integrando lo acontecido a lo largo de toda la vida. De esta manera, se puede comprender el presente y el porqué del funcionamiento actual, de modo que pueda ser modificado.
Es un tratamiento que toca aspectos profundos de la psicología del individuo, por lo que la duración de las sesiones puede superar más de un año.
B. Cognitivo-conductual.
Aborda al sujeto en tanto ser actuante. Se dirige sobre todo a la modificación de las conductas y los pensamientos para que uno mismo los pueda manejar mucho mejor y lograr un mejor funcionamiento en la vida cotidiana.
Es una corriente que se utiliza mucho en el tratamiento primario de fobias y otros trastornos de ansiedad, como por ejemplo los ataques de pánico, ya que ayuda en primera instancia a aplacar los síntomas y redirigir las conductas. En una segunda instancia, se puede recurrir al psicoanálisis para poder entender las causas del trastorno y evitar que puedan volver.
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